Nuestro Intercapítulo concluyó con dos momentos de viva participación: la condivisión de la experiencia de este evento de gracia de parte de todas las hermanas capitulares y la relación conclusiva, en videoconferencia, de Sor M. Antonieta Bruscato.
La condivisión ha presentado el camino vivido en el Intercapítulo, como un cuadro de varios colores, evidenciando que los contenidos, los trabajos de grupo y de asamblea, cuando son bien coordinados alcanzan el consenso y los objetivos prefijados. Esto es lo que hemos experimentado en este encuentro, también gracias al clima de confianza, libertad y escucha que se ha creado entre nosotras.
Si bien somos todavía «aprendices», hemos gozado al ver cómo las nuevas tecnologías han ampliado los confines, permitiendo la escucha de la viva voz de la superiora general a las hermanas de todos los continentes. Resuenan en el corazón sus palabras de aliento y de bendición:
Queridas hermanas, en nuestros «santos» tenemos un testimonio vivo de lo que significa y de lo que produce el ser habitados por la fuerza explosiva de la Palabra. En tiempos no menos difíciles de los nuestros ellos han esperado contra toda esperanza porque estaban basados en una Promesa cierta, cuya eficacia nunca ha venido a menos: «No teman, yo estoy con ustedes… con su Familia, que yo he querido, que es mía, que alimento y de la que formo parte como Cabeza. ¡No duden! Aún cuando sean muchas las dificultades» (AD 152, 156).
Terminando esta última información, nos dejamos con el compromiso de la oración recíproca implorando al Señor que nos conceda la fe de Maestra Tecla para saber también nosotras confiar totalmente en Dios, poniendo nuestra vida en sus manos para el anuncio del Evangelio.