9-15 enero de 2011: una cita crucial para el futuro de Sudán. Como fue establecido por los Acuerdos de paz de enero de 2005, firmado por el gobierno de Jartum con el Splm (Movimiento de liberación del pueblo sudaneses), los ciudadanos de Sudán del Sur han sido llamados a expresarse sobre la independencia con un voto que, a escrutinio casi concluido, ya ha aprobado la secesión de los territorios meridionales del resto del país. Los resultados definitivos se esperan para el 7 de febrero.
El 99% de la población con derecho al voto ha ido a las urnas: son los datos difundidos por la Comisión para el referéndum en Sudán del Sur para el escrutinio casi completado.
El Jefe sudanés del sur, Salva Kiir, en tanto ha lanzado un llamado a la población para que esté preparada a perdonar al Norte por las muertes infligidas al meridión del País, durante casi cincuenta años de guerra. Los obispos católicos, desde decenios dedicados al proceso de paz y de formación de las conciencias, en la última carta pastoral escribieron: «La secesión es una división de tierras, no de personas. Cooperación, colaboración deberán continuar con un espíritu de buen vecindario».
El referéndum, por tanto, es sólo una etapa. Ahora comienza el lento y paciente trabajo de reconstruir el país y de resolver las cuestiones pendientes. Todos deben hacerse cargo.
En este momento nuestro pensamiento va también a nuestras hermanas Hijas de San Pablo presentes en Juba desde hace tres años, dedicadas con los instrumentos del apostolado paulino a la educación a la fe y a la promoción humana y cultural del pueblo.